jueves, 30 de abril de 2020

MI PRIMER DÍA EN “LA PO CAMPESINA.


Abril 26 de 2020

Es lunes 28 de enero de 2018 y acompañando a mi esposa, me dispongo a ser su asistente durante una jornada de clase. Ojos de sorpresa, tímidos, nerviosos, intrigados, alegres, expectantes... algunos sentados en sus puestos cuchichean entre ellos, otros entraban y salían del aula, corrían, jugueteaban, se miraban, me miraban.
La escuela estaba pulcramente ordenada, las paredes adornadas por afiches didácticos de las diferentes materias y al fondo del salón una biblioteca escolar con libros ordenados por colores y tamaños; la profesora ha dispuesto todo para presentarme, con el juego y el cuento como excusa, poco a poco nos vamos presentando y nos hemos regalado lo que nos gusta: abrazos, sonrisas, cuentos y ellos de retorno me traen sus confianzas y sus sueños...
Después de la presentación comienza la aventura. Y los niños como en un viaje hacia lo desconocido, sin replicas, pero con las ganas y la ilusión de sus pocos años y lo mucho por descubrir, aceptan mi invitación.
Ahora vamos a dibujar lo que más nos gusta, mientras hablamos de la familia, de lo que quieren ser cuando sean grandes, de sus miedos, uno a uno intenta hacerse notar, Emily se me acerca y con disimulo como sin querer me pregunta al oído, que si tengo hijos y que si los quiero mucho, Juan Diego me pregunta si sé jugar futbol, que si sé nadar, que si puedo ir después de clases a coger ciruelas, Wilfer impaciente va y viene y me abraza fuerte mientras se ríe, todos me llaman a que les vea sus dibujos y les diga si están quedando bonitos, Alejandra me muestra sus cuadernos y me pregunta cuánto tiempo me voy a quedar…
y así se fue yendo el día, es la hora de despedirlos y como acto de confianza se acercan tímidamente y me dicen “Hasta mañana profe”.
La aventura ha comenzado…

Gonzalo Echavarría Marín
Escuela La Po Campesina

Segovia, Antioquia, Colombia.









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